Chile con Tortilla

During meal times, we typically ate in silence. On days that we would have dinner conversations, my parents would talk about their home country. Mexico. They always talked about it with such longing and a faraway look in their eyes. I never noticed the sadness in their voice when they talked about leaving Mexico. A story that has always stuck with me and that I try to recreate is how they immigrated to this country.

Both my parents come from broken families. They didn’t have the privilege of growing up in a home with both parents. My mom did everything in her power to provide us a father because she didn’t grow up with one, and though my dad has never said it out loud, I know that he did his best to make sure his family never broke apart. Both had very noble intentions, but at the end of the day, they were only 19-year-olds trying to figure out how to survive and had no role models for a healthy relationship. Unfortunately, it was tough to have a good livelihood where we come from. My parents did their best for three years, but it wasn’t enough to keep food in our mouths. I remember my dad telling us about the days when all they ate was “tortillas con chile.” With a smile, my dad would say that he and another 8 people ate from one plate. Those are the stories that are shared and remembered. Those are the humbling stories. But they also remind me why my dad decided to leave Mexico.

My parents are warriors. If my parents could move mountains and valleys to ensure we had a better life, they would. Actually… they did. When I was three, my parents left the only life they had ever known to chase “El Sueńo Americano.” I wish I could romanticize their journey to the states, but it wasn’t a dream. It was a nightmare. Through hunger and thirst, they walked for what seemed like hours at a time through a desert. They swam through dirty waters with nothing but the clothes on their backs and “Fé.” When they finally made it, their fight for survival didn’t end there. For a long time, all we did was survive. For a long time, we lived in the shadows in a country that didn’t acknowledge us. But we did it together. “Siempre juntos.”

Today, my dad and mom own a successful business, own a home, and live in an abundance that we didn’t think was possible. Although, I don’t think that’s 100% accurate because my dad has the gift of ambition. Maybe he didn’t know it at the time, but when he decided to bring us to the states, maybe he saw a future where we would live, not just survive. I don’t think there are words to describe the pride that I feel in being my parents’ daughter. As the oldest, I bore witness to my parents’ triumphs and failures. When I see them on the patio of their home eating or seeing them enjoy the fruits of their labor, their stories of how they made it happen always flash in my head, and I smile.

“Te acuerdas Araceli, ¿cómo cruzamos?”

Con fé,

Etapas

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Recipe:

Title: Chile con Tortilla

Preparation and cooking time: 10-15 min

Number of servings: 2 servings

List of ingredients:

2 Tomatoes

1/3 Cup of water

3 Serrano chiles ( 1 for mild, 2 for medium, 3 for really spicy)

1 Garlic clove

Salt

Pepper

1/2 Tbsp Chicken bouillon

Corn tortillas

A blender or a mortar and pestle

A flat pan

Step-by-step directions:

Step 1: Boil 2 tomatoes and the serrano chiles (as many as you prefer).

Optional: Grill the tomatoes and chiles until they are soft and tender.

Step 2: In a blender, add the boiled or grilled tomatoes, serrano chiles, 1/3 cups of water, garlic clove and 1/2 tbsp of chicken bouillon. Add salt and pepper to taste. Blend until smooth. That's it, you're done! You made "chile"!

Optional: If you are using a mortar and pestle, grind your garlic. Then follow to grind the salt and pepper to taste. Once you have a garlic paste consistency, add your serrano chiles into the mix. Begin to crush and grind them with the garlic. Once you get a smooth texture, add your tomatoes. Proceed to grind them into the chile and garlic paste.After a couple minutesof grinding, you should begin to see the salsa come together. Add 1/2 a tbsp of chicken bouillon and mix. Your "chile"is ready!

Step 3: In a flat pan or griddle heat up a couple of corn tortillas.

Step 4: Add your "chile" onto the tortilla and enjoy!

Author's Note:

This meal is simple but powerful because it is a reminder that we can always make something out of nothing. "Lo simple es hèrmoso".

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Chile con Tortilla (Esapñol)

Durante las comidas, normalmente comíamos en silencio. En los días que teníamos conversaciones durante la cena, mis padres hablaban de su país de origen. México. Siempre hablaban de eso con tanto anhelo y una mirada lejana en sus ojos. Nunca noté la tristeza en su voz cuando hablaban de irse de México. Una historia que siempre me ha quedado grabada y que trato de recrear es cómo emigraron a este país. Mis padres vienen de familias rotas. No tuvieron el privilegio de crecer en un hogar con ambos padres. Mi mamá hizo todo lo que estuvo a su alcance para proporcionarnos un padre porque no creció con uno, y aunque mi papá nunca lo dijo en voz alta, sé que hizo todo lo posible para asegurarse de que su familia nunca se separara. Ambos tenían intenciones muy nobles, pero al final del día, solo eran jóvenes de 19 años que intentaban descubrir cómo sobrevivir y no tenían modelos a seguir para una relación saludable. Desafortunadamente, era difícil tener un buen sustento de donde venimos. Mis padres hicieron todo lo posible durante tres años, pero no fue suficiente para mantener la comida en la boca. Recuerdo a mi papá contándonos sobre los días en que todo lo que comían eran “tortillas con chile”. Con una sonrisa, mi papá nos contaba de esos dias donde él y otras 8 personas comían de un mismo plato. Esas son las historias que se comparten y se recuerdan. Esas son las historias humildes. Pero también me recuerdan por qué mi papá decidió irse de México.

Mis padres son guerreros. Si mis padres pudieran mover montañas y valles para asegurarse de que tuviéramos una vida mejor, lo harían. En realidad... lo hicieron. Cuando tenía tres años, mis padres dejaron la única vida que habían conocido para perseguir a “El Sueño Americano”. Desearía poder idealizar su viaje a los Estados Unidos, pero no fue un sueño. Fue una pesadilla. Con hambre y sed, caminaron durante lo que parecieron horas seguidas a través de un desierto. Nadaron a través de aguas sucias sin nada más que la ropa que llevaban puesta y “Fé”. Cuando finalmente lo lograron, su lucha por la supervivencia no terminó ahí. Durante mucho tiempo, todo lo que hicimos fue sobrevivir. Durante mucho tiempo vivimos en la sombra en un país que no nos reconocía. Pero lo hicimos juntos. “Siempre juntos.” Hoy, mi papá y mi mamá tienen un negocio exitoso, una casa, y viven en una abundancia que no creíamos posible. Aunque no creo que sea 100% veradero porque mi padre tiene el don de la ambición y realizo sus metas. Tal vez no lo sabía en ese momento, pero cuando decidió traernos a los Estados Unidos, tal vez vio un futuro en el que viviríamos, no solo sobreviviríamos. No creo que haya palabras para describir el orgullo que siento de ser hija de mis padres. Como la mayor, fui testigo de los triunfos y fracasos de mis padres. Cuando los veo en el patio de su casa comiendo o viéndolos disfrutar de los frutos de su trabajo, sus historias de cómo lo lograron siempre pasan por mi cabeza y sonrío. “Te acuerdas Araceli, ¿cómo cruzamos?” Con fe,

Etapas

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Receta: Título: Chile con Tortilla Tiempo de preparación y cocción: 10-15 min Número de porciones: 2 porciones Lista de ingredientes: 2 tomates 1/3 taza de agua 3 chiles serranos (1 suave, 2 medianos, 3 muy picantes) 1 diente de ajo Sal Pimienta 1/2 cucharada de caldo de pollo Tortillas de maiz Una licuadora o un mortero y mano una sartén plana

Instrucciones paso a paso: Paso 1: Hervir 2 jitomates y los chiles serranos (tantos como prefieras). Opcional: Asa los tomates y los chiles hasta que estén suaves y tiernos.

Paso 2: En una licuadora, agregue los tomates hervidos o asados, los chiles serranos, 1/3 taza de agua, el diente de ajo y 1/2 cucharada de caldo de pollo. Añadir sal y pimienta al gusto. Mezclar hasta que esté suave. ¡Eso es todo, ya está! Hiciste "chile"! Opcional: Si está usando un mortero y una maja, muela el ajo. Luego siga para moler la sal y la pimienta al gusto. Una vez que tenga una consistencia de pasta de ajo, agregue sus chiles serranos a la mezcla. Empezar a triturarlos y triturarlos con el ajo. Una vez que obtenga una textura suave, agregue sus tomates. Proceda a molerlos en el chile y la pasta de ajo. Después de un par de minutos de moler, debería comenzar a ver que la salsa se une. Agregue 1/2 cucharada de caldo de pollo y mezcle. ¡Tu "chile" está listo! Paso 3: En una sartén plana o comal calienta un par de tortillas de maíz. Paso 4: ¡Agregue su "chile" a la tortilla y disfrute!

Nota del autor: Esta comida es simple pero poderosa porque es un recordatorio de que siempre podemos hacer algo de la nada. "Lo simple es hermoso".